Reseña histórica
Reseña histórica
Hacia 1964, Alejandro Rossi —uno de los primeros impulsores de la filosofía analítica en México— concibió la idea de crear una revista dedicada exclusivamente a esta corriente filosófica. Fernando Salmerón y Luis Villoro se unieron al proyecto, que en sus inicios no estuvo afiliado al Instituto de Investigaciones Filosóficas (IIFs) de la UNAM. Llamaron a la revista Crítica. Revista Hispanoamericana de Filosofía y la imaginaron como un vehículo de diálogo entre filósofos de orientación analítica de América Latina y de otras regiones del mundo. Esta aspiración se reflejó en la composición de su primer comité editorial, que incluyó a pioneros de la filosofía analítica en América Latina: Thomas Moro Simpson (Argentina), Juan Nuño (Venezuela), Augusto Salazar Bondy (Perú), Francisco Miró Quesada (Perú) y Héctor-Neri Castañeda (Guatemala).
Crítica también buscaba ofrecer una plataforma más dinámica que Diánoia, la cual en ese entonces se publicaba una vez al año y sólo en español. En contraste, Crítica era una revista cuatrimestral que aceptaba colaboraciones en varios idiomas. Sus primeros números incluyeron contribuciones por invitación en inglés de destacados filósofos analíticos como Gilbert Ryle, W.V.O. Quine, Georg Henrik von Wright, P.F. Strawson, John Passmore, Arthur Prior, G.E.M. Anscombe, David Pears y Paul Lorenzen. Aunque el primer número se preparó a principios de 1966, restricciones presupuestarias retrasaron su publicación hasta enero de 1967.
La misión de la revista estaba implícita en su título, pero el editorial inaugural —escrito por Rossi y cofirmado por Salmerón y Villoro— la expresó de manera explícita. Para ellos, la filosofía analítica no constituía una escuela filosófica específica, sino una herramienta crítica para resistir las tendencias dominantes en la filosofía latinoamericana. Veían el análisis conceptual como un método para contrarrestar las generalizaciones audaces y las afirmaciones no verificables características de la filosofía especulativa heredada de José Gaos y sus seguidores. Además, ofrecía una alternativa al estilo ensayístico-literario de muchos filósofos latinoamericanos que escribían sobre temas culturales y antropológicos. A su juicio, la filosofía analítica prometía una mayor profesionalización de la disciplina mediante la claridad conceptual y el rigor argumentativo, acercando la investigación filosófica a la metodología científica.
En lugar de fomentar la construcción de grandes sistemas filosóficos, Crítica daba la bienvenida a contribuciones concisas y rigurosas que pudieran beneficiarse del diálogo con las ciencias formales y naturales. Si bien esta orientación implicaba sacrificar algunas de las ambiciones de la filosofía especulativa, también abría nuevas oportunidades para la producción filosófica significativa en América Latina, independientemente de su escala. La postura crítica de los editores frente al método histórico de Gaos probablemente contribuyó a la exclusión temprana de trabajos sobre historia de la filosofía y filosofía de la historia. Asimismo, los primeros números no incluían colaboraciones en ética, filosofía de la educación o filosofía política.
Hoy la situación es distinta. Aunque Crítica mantiene su compromiso con la orientación metodológica original, actualmente acepta trabajos en todas las áreas de la filosofía, incluida la historia de la filosofía, siempre que aborden problemas y argumentos filosóficos en lugar de centrarse exclusivamente en cuestiones exegéticas o contextuales.
En 1969, Crítica pasó a formar parte del programa editorial del IIFs de la UNAM, lo cual aseguró su publicación regular y oportuna durante muchos años.
A diferencia de la mayoría de las revistas contemporáneas, Crítica no tuvo un Director formal durante mucho tiempo. Entre la década de 1970 y la primera mitad de 2000, varios investigadores del IIFs se turnaron la edición de los números. Entre ellos se encuentran Javier Esquivel, Hugo Margáin, José Robles, Enrique Villanueva y Raúl Orayen. Más tarde se sumaron Mark Platts, León Olivé, Carlos Pereda y Olbeth Hansberg. Margarita Valdés fue la primera secretaria editorial de la revista y desempeñó esa labor durante muchos años. Por su parte, Olbeth Hansberg colaboró en la corrección de galeras de muchos de los primeros números —un trabajo editorial valioso aunque frecuentemente invisible.
En 2005, Maite Ezcurdia fue nombrada la primera directora formal de Crítica. Trabajó arduamente para modernizar la revista y, en abril de 2006, como una extensión natural de la labor de Crítica, propuso la creación de la Asociación Latinoamericana de Filosofía Analítica (ALFAn) a Olbeth Hansberg, Guillermo Hurtado, Carlos Pereda y Silvio Pinto. La propuesta despertó el interés y el apoyo de filósofos en Brasil (Marco Ruffino, Paulo Faria y André Leclerc), Argentina (Alberto Moretti, Eleonora Orlando y Diana Pérez), así como de académicos de Costa Rica, Chile, Colombia y Uruguay. Al año siguiente, durante la celebración del 40 aniversario de Crítica, se celebró la primera reunión de ALFAn en el marco del Simposio Internacional del IIFs.
Maite Ezcurdia fue sucedida en la dirección de Crítica por Mario Gómez Torrente (2011–2016), Alessandro Torza (2017–2022), Édgar González Varela (2022–2024) y Santiago Echeverri (2024–).